Courtesy of Cristina Adassus
Ely nunca se había enamorado. No conocía el amor, nunca le habían dicho te amo ni tampoco ella se lo dijo a nadie.
Nunca sintió eso que todos los enamorados sienten: mariposas en la panza, y a esta altura de su vida, ya ni le interesaba tanto el amor, creía que se podía vivir sin él o sentir amor por otras cosas, como las plantas o su mascota que tanto la acompañaba. A sus cincuenta y pico no le tenía que rendir cuentas a nadie, viajaba cuando se le daba la gana, comía lo que más le gustaba, salía con amigos y amigas que tenía muchos. Su vida era muy rutinaria, siempre lo mismo… pero ella no se quejaba, se sentía conforme consigo misma y con lo que la vida le había dado.
Pero un día ocurrió lo inesperado.
Para estar más ocupada y actualizada, Elyhizo un cambio en su rutina y comenzó un curso de computación. Allí conoce a Omar. Al principio le resultó antipático y presumido,pero tenía que reconocer que era un morocho interesante, a pesar de ser un poco narigón, sin ser demasiado buen mozo, tenía algo…no sabía si era su forma de caminar, con esas piernas tan largas, su pelo azabache todo revuelto,su look canchero e informal, o eran sus ojos…los ojos más negros que jamás Ely había visto. Su mirada era tan profunda y penetrante que cuando la miraba, medio de costado y con la cabeza gacha, ella sentía…sentía,pero no sabía qué.
Los días ahora eran distintos, como de colores, hasta tenían una música especial que la escuchaba en todos los rincones.
Los encuentros empezaron a hacerse más continuos, no podía pasar un día sin verlo, a veces más de una vez por día y encima Omar era tan seductor, tan carismático,que con una sola frase ella se derretía. Cuando él sonreía ella sentía que la acariciaba, su mirada era tan expresiva que cuando estaba triste sus pupilas se achicaban y cuando estaba feliz sus ojos seiluminaban.
Así empezó a conocerlo cada día más; él hablaba, ella escuchaba. Era imposible emitir sonidos…se quedaba muda frente a él mirándolo embobada. Tuvo que reconocer que el amor la había sorprendido.
Así se dio cuenta que existía el amor porquese dormía cada noche y se despertaba cada mañana para Omar.
Sí, se había enamorado, las mariposas comenzaron a aletear en su estómago cada vez que veía esos ojos negros.
Siempre que iba a su encuentro, Ely se encaminaba con el corazón palpitando a todo galope, se le secaba la garganta, le faltaba la respiración;para estar frente a él tenía que sentarse porque sus piernas casi no la sostenían. Gracias a Omar, supo que eso era amor. Un amor intenso, un amor ardiente.
Omar era tan romántico; él sabía cómo enamorar a su chica, de sus labios salían las frases más dulces y amorosas que toda mujer quiere oír:
—Amor mío¿me extrañaste?
—Deseo besarte el día entero.
—Ojalá que el día no termine jamás para no tener que separarnos nunca.
—Quiero envejecer mirándote a los ojos.
Y cuántas más que a Ely le erizaban la piel. Estaba como una adolescente, se desconocía a sí misma.
Ely se perdía en loprofundo de esos ojos y deseaba que el mundo terminara en ese instante, quería matar toda la soledad de su casa, ya no importaban ni las plantas ni su mascota. Podía pasar horas mirándose en esos ojos, sumergiéndose en esa oscuridad, en ese mar negro que la llevaba a lo desconocido.
Pero el paso del tiempo lo determina todo y la vida se construye de tiempo, y, como todo en la vida, lo que nace también llega a su fin.
Ely terminó el curso de computación y junto con eso terminó su relación con Omar.
A pesar de haberlo encontrado en el momento menos esperado y abrir su corazón al amor, con gran dolor, debió despedirse y por primera vez salieron de su boca unas pocas y débiles palabras, las que nunca hubiera deseado pronunciar:
—¡No quiero decirte decir adiós, mi amor…no puedo!
Mientras la música melodiosa sonaba y sonaba perdiéndose suavemente.
La novela de amor que miraba por Internet había llegado a su fin. El protagonista, Omar, tenía los ojos más negros y más profundos que Ely jamás había visto…
Comments